domingo, 6 de novembro de 2011

EL FONDO DEL MAR... EN EL PASEO ALTO

     "Peazo cacho piedra que me he encontrao", parece estar diciendo nuestro sorprendido paleontólogo Juan.     


   
      El Paseo Alto es uno de los parques arcanos de nuestra ciudad, y también uno de los más olvidados. Alejado de todas partes, devorado por la ciudad, pero igual de aislado que siempre en lo alto de la colina, al pasear por allí me traen recuerdos de la infancia: los viernes, al salir del colegio, subíamos por las traseras del cementerio y tomábamos la merienda bajo los eucaliptos. Allí estaban también los jubilados con sus transistores, y en algún rincón apartado, los yonquis de mirada perdida y aguja en brazo. Y desde allí mirábamos la llegada del invierno conforme las montañas de Gredos se cubrían de nieve. Años después llegaría la adolescencia y el botellón en la explanada del parque. El G.P. formó parte de la generación que destrozó el parque irremediablemente. Después el parque se borró de mi vida, hasta mis paseos con carrito, en el que he vuelto a contemplar las montañas y Juan se ha enamorado de los columpios.  
       Y precisamente ayer, en un día ventoso, decidimos ir hasta allí a buscar setas bajo las encinas. Cuál sería nuestra sorpresa cuando de forma inesperada al final del paseo nos encontramos ni más ni menos que con el fondo del mar. Sí, fondo marino auténtico. O por lo menos, el fragmento de un mar prehistórico, desaparecido ya, pero que con una gran losa cuarcítica cubierta de eskolitos atestigua que una vez existió. Alguna vez hemos hablado ya de los escolitos. Son pequeños agujeros formados por animales del fondo del mar -presumiblemente gusanos- que después quedaron petrificados en la roca. Es una de las fosilizaciones típicas de la cuarcita armoricana, y relativamente fácil de observar en Extremadura. Para nuestros alrededores, el lugar predilecto es el cerro del Milano, pero nunca habíamos contemplado una lasca tan grande como la que apareció en el parque. Un fragmento de mar ordovícico de hace 450 millones de años: ahi es nada. Ante estos pequeños grandes descubrimientos, uno puede regresar a casa con la conciencia tranquila de haber aprovechado bien el día.


Arqueología urbana en el Paseo Alto. El único en el que a pesar de las sucesivas reformas y mejoras, quedan restos del antiguo parque, como los sillares graníticos de estos bancos orientados al norte.

Sombrero de una seta de la familia de las agaricus (los champiñones). Encontramos el ejemplar al pie de una encina. Como todavía estamos investigando sobre setas, el G.P. prefiere no meter la pata con suposiciones sin fundamento.

3 comentários:

  1. En mi adolescencia y juventud, era un sitio al que iba con frecuencia. Hace ya más de cuarenta años que no he vuelto por allí.
    Creo que ya es hora de ir a dar un paseo.

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  2. Buscando algo sobre el Paseo alto,he dado con tu blog.Soy de Cáceres,pero falto de allí desde el año 75, y cuando voy es a visitas rápidas,pero ayer decidimos volver a pasear por él.los recuerdos que yo tengo son mas familiares,domingos con mis padres, meriendas y cenas en la sarten las noches de verano y la fuente ,que recordaba que había pero no me acordaba como era,ahora ya no se me olvidara pues me he traído una buena colección de fotos .Me alegra haber encontrado tu blog,prometo seguirte,y te espero en el mio.http://lavidatrasunacamara.blogspot.com.es/

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  3. Lo del Paseo alto es extraño. Es uno de los sitios más olvidados de Cáceres y al mismo tiempo uno de los que produce más melancolía -al menos para mí-. Pasear tanto en invierno como en verano produce sensacíones muy distintas -abierto al frío del norte, protegido del sol de la tarde en el verano...- y efectivamente, se acumulan recuerdos distintos entre aquellos que tenemos una determinada edad, cuando antes los parques no eran tan abundantes en la ciudad y el paseo alto se llenaba a menudo... Ya tengo localizado tu blog y ya le he echado un vistazo a tus fotos!!

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