Son muchas las cosas que podríamos publicar este verano sobre nuestra comarca de veraneo típica, Piornal. Ahora que el GP se ha agenciado nuevo medio de transporte, "y ya no corre el monte sino vuela una bici con sillín" (parafraseando al emigrado Spronceda), hemos ampliado un poquito más nuestro horizonte jerteño. Efectivamente, nuestra querida bicicleta de montaña nos ha permitido movernos con sudor, esfuerzo y muchas moscas por los montes y barrancos del Piornal. Y una de las primeras salidas que hicimos fue hacia la garganta de la Desesperada (o desesperá, para los lugareños). Un enclave digno de visitar en invierno, pero que ahora nos permite conocer lo que al GP le gusta, que son los pedruscos.
La Desesperada es una corriente que se forma al sur del Piornal, cuando empezamos a descender de las tierras altas de Piornal hacia Pasarón de la Vera. En ese lugar, la sierra de Bernabé se interrumpe abruptamente y crea este singular hito (un PIG, para los entendidos, que no es "cerdo", sino punto de interés de geológico). Una cascada, que como otras muchas en el norte de Cáceres, debe disfrutarse en los meses de lluvia, pero que como decimos, en verano nos revela otros secretos. La primera singularidad parte del hecho que, a diferencia de otras muchas cascadas y saltos de la zona, la cascada de la Desesperada no corta o atraviesa las fallas y diques de granito, sino que transcurre paralelamente a ellas. Esto explica que apenas se formen marmitas y las bolsas de agua sean sensiblemente más pequeñas que en el Caozo o el Calderón (por citar dos ejemplos), y que el agua vaya estrechamente encauzada aprovechando la fractura natural de la roca. Cuando va crecida, el agua acaba deslizandose sobre la superficie de las rocas colindantes generando un salto de gran belleza.
La otra singularidad, más petrológica, es que este es un lugar muy interesante para observar la formación rocosa dominante en la zona, las migmatitas. De ellas hablamos alguna vez, y son peculiares rocas metamórficas con apariencia bandeada de minerales oscuros y otros más claros que en alguna ocasión podría parecer a un gneis. Los minerales son los propios de la roca dominante, el granito (el color negro correspondería a la biotita, mientras que el claro a feldespatos y cuarzo).
Estructura bandeada típica en las migmatitas, que se aprecia perfectamente en los cortes de roca que atraviesa la carretera en la Desesperada. Observamos también algo así como anillos de Liesengang, a la izquierda, formado por óxidos de hierro.
Un fragmento de migmatita extraido del lecho de la cascada. La desesperada no cuenta con demasiados cantos rodados, tan típicos de otras cascadas y este está apenas erosionado.
El enclave migmatítico viene acompañado de bandas mucho más oscuras y sometidas a procesos de metamorfismo. En el estudio del IGME de la zona de Piornal, se mencionan para esta zona rocas de carácter pelítico (es decir de grano bastante fino, de origen arcilloso), verdes y blancas, como la que vemos abajo, recogida a los pies de este corte.
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