quinta-feira, 2 de janeiro de 2014

RAMARIAS... DENTRO DE CASA.


     No hay tiempo. Hace poco mi profesora de inglés me preguntaba cuál era lo que yo consideraba más valioso para mi vida y lujoso de obtener y se limitaba a dos palabras: más tiempo. Más minutos, más horas, más días. Desgraciadamente todo ha ido mal (o bien) para este blog: muchos proyectos entre manos, un ordenador roto y mal tiempo para salir al campo. La tormenta perfecta para desentenderse de este blog que ya se prolonga demasiado, casi cinco años. De cualquier forma, una vez más comprobamos que no hace falta salir al campo para que el campo se asiente entre nosotros. Cuando la temporada de setas ya había pasado, descubro en mi casa sacando trastos para montar el Belén de Inma que una bolsa de serrín sintético había cosechado un hongo ramificado gigantesco en el armario de nuestra terraza. Sin quererlo, habíamos producido nuestros propios hongos... que no son comestibles por supuesto. Este largo y fantástico ejemplar de la familia de Ramaria estuvo fructificando durante dos inviernos en la casa del G.P. mientras este se iba lejos a buscar setas. Y no lo tenía fácil: rompió la envoltura de la bolsa y se extendió en la oscuridad del armario; posiblemente en un entorno natural hubiese tenido una forma algo distinta. Por supuesto, el G.P. no se ha resistido a la tentación de volver a colocar las bolsas cuidadosamente en el armario y esperar a ver qué pasa.

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