terça-feira, 2 de novembro de 2010

DE VISITA AL... OCEANARIO DE LISBOA

Hacía algún tiempo que el G.P. no rompía los límites de las tierras cacereñas, y aunque sea con motivo de una fugaz excursión escolar, puede resultar interesante. Si además las visitas son a la vecina y añorada Lisboa, mejor que mejor. En este caso el G.P. pudo disfrutar de los fascinantes vuelos acuáticos de las mantas en el oceanario de la ciudad, entre otros muchos animales fantásticos.

Decididamente, ya sé lo que quiero ser de mayor: una nutria marina que flota tranquilamente en las aguas del mar. Supongo que su vida en libertad no será tan apacible, aunque sea más auténtica. Precisamente las "delicias" de la cautividad hacen que esta nutria alcance una edad de catorce años, algo inusual en el estado natural.

Si alguien dijo que los animales no son capaces de reflejar sentimientos, que se queden mirando un instante a los mastodónticos meros. Basta una mirada de estos animales para saber que no son precisamente amigables con los extraños... Muy celosos de su territorio, son los peces más agresivos del acuario, muy por encima de los inexpresivos tiburones.

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