Es ya costumbre en verano encontrarnos con bandadas de jóvenes cigüeñas por los alrededores de Cáceres. Se pueden encontrar posadas por decenas sobre grandes encinas o alcornoques, también en descampados abiertos o como en este caso, zonas húmedas. También para ellas la unión crea seguridad. Este año además las numerosas charcas dejadas por un invierno lluvioso les ha permitido un buen regalo de comida fácil. En este caso, la bandada de cigüeñas estaba en los humedales de los Arenales, pescando ranas y renacuajos. Poco pude disfrutar de su contemplación: en cuanto sintieron mi bicicleta acercándose, levantaron el vuelo a decenas. Un espectáculo a pocos kilómetros de la ciudad. Si quieren el consejo del G.P., escuchen cuando hay tan gran número de ellos, el ruido de sus alas al alzar el vuelo.
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Angelillo, gracias por seguir mi blog, yo sigo el tuyo hace ya un tiempo, me parece un espacio natural donde predomina la brava naturaleza extremeña, con imágenes únicas y maravillosas,
ResponderEliminarademás de que escribes muy bien.
saludos cordiales.
Agradecido yo. Lo cierto es que también miro de cuando en cuando el tuyo desde hace bastante tiempo. A ver si empiezo a escribirte algún comentario...
ResponderEliminarSaludos.