El blog del G.P. está a punto de cumplir un año, y vamos cerrando el ciclo que se abrió hace doce meses. Uno de los primeros post que escribí estaba destinado a un fantástico sapo de espuelas que conocí el año pasado, y que ahora tengo la suerte de poder contemplar de nuevo. Un año después, comprobamos que en el estanque de mi familia en Sierra de Fuentes vuelven a acumularse muchos anfibios que buscan un refugio para afrontar los rigores del calores. Esto obliga a que distintas especies tengan que convivir entre ellas, la rana común -la dueña del estanque durante todo el año- con los sapos de espuelas que vienen de visita estival. Este año, hemos localizado por lo menos cuatro de ellos en el pequeño estanque. Dos de ellos aparecen en la imagen de arriba, con apariencia muy distinta, pero marcados siempre por las pupilas, sus ojos saltones y su cuerpo rechoncho.
Un enorme sapo se olvida del estío refrescándose en lo profundo del estanque.
Distintivo del sapo de espuelas: el espolón negro y duro que presenta en el reverso de su palma membranosa. Utiliza esta herramienta con precisión para ocultarse de forma llamativamente rápida entre la hojarasca o el barro. Para comprobar esto naturalmente tuvimos que sacar a nuestro pobre sapo de la profundidad del estanque y molestarle un poco. En esta ocasión, sin embargo, nuestro amigo hizo uno de sus típicos trucos de defensa: "hacerse el muerto", y así nos dejó fotografiarle tranquilamente su espolón.
Nuestro amigo, ya recobrado del susto. Aquí empezaba a hincharse y a ponerse enfadado (otro de sus mecanismos de defensa), así que optamos por dejar en paz al pobre bicho y devolverlo a la paz del estanque. La vida en un estanque tan pequeño no deja de estar libre de peligros. Las aguas están muy poco oxigenadas y algunos anfibios acaban enfermando y muriendo a lo largo del verano.
Angel, felicidades por este primer año compartiendo estas maravillas. Fue una suerte volver a contactar contigo, aunque sea por este mundo de 0s y 1s. Ya nos encargamos entre tod@s de humanizarlo un poco.
ResponderEliminarUn abrazo.
muchas gracias por los ánimos, Carlos. Y la verdad es que ha sido grato retomar el contacto, aunque sea de forma internáutica... Bueno, ya habrá tiempo de echarnos unas risas más adelante, je je.
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